lunes, 9 de mayo de 2011

manifiesto

Últimamente me cuesta sentirme reflejado en cualquier cosa de mi mundo. Me siento un antígeno diferente, sin un receptor específico, que siembra la anafilaxia allá por donde pasa. Soy raro, sí. No en un sentido positivo. Siempre he sido más negativo, más alternativo y,o más oscuro… soy un Lewis Carrol que sólo es capaz de ver a Alicia a través del espejo. Si la sociedad, el arte, y la cultura no me reflejan… se me hace todo ajeno. Y yo mientras pienso, off off off off off with heads, pinto guadañas y trato de plasmar las estupideces que se me ocurren. Mi solución, como para todo lo que me molesta, es la ironía, los dobles y triples sentidos, el sarcasmo y la crueldad. Aunque es una solución agridulce, que cambia de intensidad los matices del gris, mi color. En mi mundo no existen los colores… o tal vez sí. Pero a la hora de elegir entre blanco y negro, pienso que le follen al yin-yang… el gris es un término intermedio, con matices variados, que puede llegar a ser casi negro o casi blanco, pero sin serlo. Off off off off off off with heads. No me tomes querido lector por una mala persona por ser mi ética gris. O tal vez sí. Mola lo de ser una puta de Satán y masturbarte con un tridente sentado en un altar durante una misa negra. Aunque yo prefiero las misas grises… qué divertido sería que en una comunión sacrificaran a la mitad de los niños, para darles su sangre a los otros para que comulguen… tal vez entonces pensaría lo de volver al redil, a ser un borrego, o un cabrón… macho cabrío se queda muy grande para mí. En fin. Pensando en mi aura grisácea, me he dado cuenta de que suelo negar la existencia de otro color… un color que me fascina, me atrae y me intimida al mismo tiempo… un color, que para obtenerle sufro… un color, por el que te mueres y por el que vives, un color del que sé su sabor, su textura y su composición. Un color arterial o un color venoso. Un color que es la armadura de la melodía de latidos, que cada uno generamos. Arritmia. Lo sé, soy un puto enfermo. Un degenerado. Aunque más que arritmia lo que me fascina, es la anemia… vuelve pálido al papel más oscuro. Ese color, querido lector es el rojo. El rojo es fascinante, es un color liberal, un color izquierdista, un color de labios, mucosas y entrañas. Un color de vísceras. Un color de lágrimas de verdadera redención, un color de dolor. Un color de placer. Un color de muerte y de renacer. Un color tan intenso, tan “special k” y tan “fashion” , un color tan coagulante, es el color. Un color que se conjunta tan bien con el negro, el blanco y el gris. Pero en fin. Sigamos con el gris. Los cementerios son grises. Las ciudades son grises. El metal es gris. Mi estado anímico es gris. Diría que mi sexualidad incluso es gris. El terror es gris. Las nubes guays son grises. Y pensar que mi pelo es negro… resulta que me han salido dos canas hoy. Oh Dios llévame pronto. Risa diabólica. Si has llegado hasta aquí, seguiré con el tema concreto. Os decía que por lo menos yo, no me siento reflejado en nada, cada día soy más vampiro, paso delante de un espejo y lo que veo no soy yo, la sociedad no me refleja, pero una gran parte me desprecia, o simplemente ignora mi presencia. Y a mi no se me mata con una estaca. La verdad es que no me producen ni dolor ni placer. Que he visto crepúsculo, por desgracia. Veo todo desde una perspectiva alienígena (que suelen ser grises o verdaceos o tal vez gris verdaceos), soy como un invasor en una gran cantidad de lugares , pienso que sobro, o esa es mi interpretación. Ni siquiera en los lugares intergalácticos, los círculos en los maizales o Stonehedge… me hacen sentir incluido, cómodo o insignificante, no me siento otro más. Los grupos de los que debería ser un miembro común y corriente, algo vulgar, algo típico; me hacen sentir diferente. Ya no sé que hacer para asesinar esta individualidad, sé que para nada soy especial. Los únicos seres verdaderamente especiales, son los xmen, mutantes, que con gen x o sin él, eran diferentes, especiales, con poderes, virtudes, fascinantes… y que se sentían un grupo, ya fueran de los Morlocks, de la hermandad de mutantes, del club fuego infernal o de simplemente la escuela de Xavier. Creo que ese es mi problema. No le encuentro la x a nada ni a nadie, bueno a alguien sí. Pero es una ecuación demasiado complicada, digamos que es de grado 16 y a mi me faltan muchas incógnitas como para comprenderle. Como decía, no encuentro la x, no encuentro el tesoro del mapa pirata, no encuentro la x ni en lo considerado erótico. La x no está en nada, de las situaciones tan corrientes que por desgracia se dan en nuestra sociedad como xenofobia, xilofonistas (odio los xilófonos), exorcismos, exnovios, exnovias y ex expirados, de que expiran… ironías. Pese a ser gris, a veces me siento rodeado de un gran color negro, o de un color blanco, en plan noche en la estepa rusa. Sigo esperando a que los padres de ET me vengan a buscar a mí también. ¿tengo que aprender antes a montar en bici?... no sé si será culpa de ese sentimiento de sociedad que nos tratan de enseñar. O de zumosol, por lo de la media naranja. Yo siempre quise medio pomelo. O medio kiwi. No sé, si iba para bestia… y salí así. Solo sé que sólo sé que no sé nada. Pain. Paaaaain. Paaaain. Os diré un secreto. Siempre he querido ser capaz de asesinar el dolor de una gran variedad de situaciones. Pese a ser gris. Pain killer. Aunque no sé cuando he empezado a encontrar la tortura, y el mecanismo del dolor y los receptores opiáceos tan fascinantes. killing pain. Concluyo mi manifiesto bipolar, tripolar o tetrapolar. Firmado yo, yo mismo, la personalidad dominante y los coros de personalidades subyacentes. Jajajaja.

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