lunes, 7 de diciembre de 2009

murcielagos

de escarlata el pincel
y de púrpura el cincel
quedaron tras caer sobre aquel
que en vez de labios tenía hiel
en vez de saliva miel
y cristales en la piel
el pintor se desangraba
al mojar su pincel en la paleta
al perpetrar el cristal de los tonos
contra las ostiales de su basílica,
oh qué dulce emanación
de sabor celestial, que gusto tan exquisito el del donante universal..
el pintor con su sangre,
decoraba lienzos y sábanas,
se volvía músico,
de pantagruélicos pentagramas...
sostenidos y bemoles marcaban el contraste...
el morado y el negro el ritmo fúnebre...
el escultor con sus huesos
daba forma a la carne...
creaba lluvias rojas y puras
de catarsis y de orgasmos,
diseñaba ángeles mutilados,
y diablos encantadores,
de belleza cruel y despiadada,
de ironía dulce y desviada...
marmólea y hercúlea era la suya creación,
tan afrodisíaca era que el david de miguel angel no contenía la erección...
frustrado el artista de entrañas... decidió hacerse murciélago...
para rozar la noche estrellada, para bailar entre la nocturnidad sonámbula y tenebrosa...
quería vivir al revés, colgado boca abajo.. defiando a las leyes y a las leyes de la gravedad...
quería un halo violador y criminal, que volviera las aureolas guillotinas y que le permitiera clavar los colmillos en la yugular..
quería volar, danzar en el aire, reir, escupir a dios en la cara, robar sangre a los difuntos y morder al mísmisimo sol, al que congelaría con su frialdad..., ser el mamífero superior, ecolocalizar con su radar, batir las alas y de un plash! dirigir al viento en su recorrido y hacer a todos sangrar y sangrar y sangrar y sangrar...
oh dulce hematofilia!

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