lunes, 7 de febrero de 2011

rosas del desierto...

estoy tan harto de todo. tan desganado y tan aburrido. todo me parece tan soporífero, tan carente de significado, tan sumamente frívolo, superficial e insignificante. cada día repugno más lo "normal", cada día odio más lo "desviado"; balanza de navajas en ambos sentidos... y no, no me hiero porque sea justo, ni para sentirme vivo. odio todo lo que ha de ser blanco, todo lo que será blanco, ser el blanco, no dar en el blanco, blanquear lo oscuro, oscurecer lo blanco, estar en blanco y querer ser blanco. todo debería ser sanguíneo. matizar en grupos ABO y en Rhs positivos y negativos. vinos selectos en esta mierda de mercado de carne. por una parte está la parte en la que pesar mucho, da más valor, y por otra, en la que es mejor ser un hueso del cocido. la ética al fin y al cabo, no es nada comparada con la estética. o eso hacemos al adorarla como nuestra meta principal. va a acabar siendo verdad que una imagen vale más que mil palabras. lástima que soy ciego... y aún se lanzar maldiciones en braille. al parecer dentro del mercado, está lo que llamamos carne caducada, que no va haciendo otra cosa que acumular cicatrices, mordeduras a base de perros, cuervos... hasta podrirse en sus entrañas en una orgía de gusanos. anélida necrosis que produces psicosis de llantos bipolares. otro grupo de carne se olvida en la nevera o en la despensa condenada al frío absoluto y a la soledad o marginación.
siento que escribir me relaja, pero sigo pensando que estamos todos inmersos en un espacio sin oxígeno en el que nos ahogaremos, en un mar de reflejos en el que también nos ahogaremos y enterrados en una sepultura de metal y caoba en las que desapareceremos.
odio ser la carne... durante un tiempo olvidé esa sensación, en la que la gente sólo aprecia la cantidad de grasa, de magro y de nervios. ¡qué estúpido soy! el ejército de pirañas de esta sociedad devora únicamente verduras, alcohol, drogas, vicios y pescado...
nunca más volveré a confundir campofrío con la marca día.
troceado en añicos, adelante abrid la boca y masticad, a ver si os atragantais con mi exquisito sabor.
sereis rosas, pero en lo yermo donde moriréis sin lágrimas que os riegen. p.d. no he puesto mayúsculas porque no me ha dado la gana.

domingo, 6 de febrero de 2011

desgañitandose a silencios

una partida de ajedrez en la que el rey blanco, está rodeado de fichas negras... un juego en el que una explosión sonora magnicida amenaza con percutir las cuerdas vocales de su dueño, para hacer que todos oigan sus chillidos... y que una cremallera de metal, atravesada por hilos blancos de cristal, sella insípida y fríamente su metáfora de decibelios, su hipérbole de herzios y su hecatombe de julios.
ruidos, chillidos, alaridos, bramidos, crujidos, chasquidos, rugidos, gritos, susurros, soplos, sirenas, golpes, gemidos, ladridos conjugados en crescendo fúnebre y andante.
el rey abre los ojos, un ballet de sombras deleita sus córneas a ritmo de frenesí de oscuridad, a golpe de guadaña y a modo de mensaje subliminal.
se siente solo en medio del todo, de todos y de cualquier lugar.
lo plástico y lo elástico se fusionan en su mundo, la realidad se dilata y sus ganas de vivir se contraen en un ataúd de tristeza.
rosas rojas, cerezas y claveles blancos adornan sus pensamientos enraizados en el olvido más profundo.
graznidos de dolor su boca sella, todo el mundo sabe al fin y al cabo como es la nobleza de márfil.
lo cruel y lo vil.
el rey aunque autista, se da cuenta de su soledad, de los desprecios, y de los abandonos... y de la indiferencia republicana de alguna ficha especial...
ahora el rey, es un peón en el risk más explosivo de todos.
gracias, queridos alfiles, torres, caballos, reina y peones por terminar de configurar mi muerte en este jaque pastor.
viva la metáfora.